lunes, 22 de septiembre de 2014

¿ESTADO CIVIL? VOLUNTARIO


¿ESTADO CIVIL? VOLUNTARIO



Si os soy sincera, no recuerdo cuál fue mi primer voluntariado. Pero sí, quien me lo ha inculcado desde bien pequeña: mi madre.



En la foto, de izquierda a derecha: mi madre, mi abuela, y yo.

Desde que tengo uso de razón he ido con mi madre a un sinfín de actos voluntarios. Yo no me daba cuenta, lo comprendí más tarde, cuando el gusanillo del voluntariado empezó a picarme.

Cuando era pequeña, mi madre pertenecía al AMPA del colegio, vivíamos en Torrejón de Velasco, un pueblo pequeño que pertenece a la Comunidad de Madrid. Mi madre, disfrutaba como una enana organizando las fiestuquis del cole, Navidad y fin de curso las más importantes. Es raro encontrarte a tu madre a cualquier hora por el colegio, y quedarte en el colegio cuando se acaban las clases porque tu madre y alguna más (que casi eran también mis madres por extensión y por las horas que pasábamos todos juntos) tenían que quedarse a hablar con algún profesor, a ensayar o a preparar cualquier cosa. Esos fueron mis primeros pinitos como voluntaria.

Como les parecía poco encargarse del AMPA del colegio, pues también empezaron a colaborar (las mismas madres, ya os digo que todos pasábamos muchísimo tiempo juntos) en algunas tareas de la Parroquia. ¡También allí montaban una fiesta en un periquete! Y no vayáis a creer que por ser de la parroquia eran fiestas aburridas, recuerdo perfectamente, como el sacerdote ataviado con unos pantalones cortos y una camiseta de sport, se colocó una gorra para atrás, y una radio al hombro y se unía a la fiesta. Si, los curas también hacen el gamberro, y no, no es la única vez en mi vida que he visto a un cura haciendo cosas por el estilo. En la iglesia también acompañaba a mi madre, y mi voluntariado, aunque yo no era consciente de ello, me convertí en una voluntaria más. Tan pronto estaba de campamento como acampada, como vestida de discípulo, de Virgen, era monaguilla, enrollábamos los cíngulos de los nazarenos (que también fui) o limpiábamos la iglesia y la preparábamos para algún acto. Un tiempo después también fui catequista y monitora de los mismos campamentos a los que había ido de acampada.

En Navidades, que tan difíciles son para quién no tiene, hacíamos una recogida de juguetes que clasificábamos, y donábamos a alguna congregación o nos vestíamos de reyes magos, y dedicábamos parte de la noche de reyes a repartir juguetes a los niños. Ahí conocí la magia de la noche de reyes. La cara de un niño cuando abre la puerta de su casa y aparecen los reyes magos y sus pajes para llevarle los regalos, no tiene precio de verdad… Creo que es uno de los voluntariados más bonitos que he hecho.

También, como ya sabéis, hice voluntariado en una residencia de monjas, donde me di cuenta de que quería ser auxiliar.

Y entonces, mi madre empezó a hablar de Protección Civil. Yo tenía un recuerdo algo vago y difuso de las fiestas del pueblo, donde un patrol de Protección Civil patrullaba por el pueblo. Pero hasta ahí mi conocimiento. Mi madre empezó a formar parte de la Agrupación de Protección Civil Getafe, aprendía cosas, me contaba lo que hacían y en mi iba creciendo esa sensación de querer más, disfrutaba viendo las cosas que ella hacía. Y en cuanto pude, allá que fui de cabeza. Y es muy posiblemente, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

Mucha gente me ha dicho que hay que tener valor para trabajar gratis, incluso me han llamado loca. Lo que la gente no sabe es que el voluntario no mide su dedicación por los euros que entren en el banco a final de mes, el voluntario cobra en sonrisas, en la sensación de saber que ayudas a la gente, esa satisfacción personal, sentirte realizado. Estoy segura de que quien es voluntario es por vocación.

Por el momento, yo me quedo con esta gran familia que es Protección Civil Getafe. A mis compañeros, que sé que algunos me leen, gracias a todos y cada uno de vosotros. Juntos aprendemos unos de otros, no hay día que te vayas sin haber aprendido algo nuevo. Gracias a mi madre, que despertó en mí el gusanillo del voluntariado desde bien pequeña.

Os animo a todos a probarlo alguna vez en la vida, hay voluntariados de todo tipo, podéis elegir. Pero ¡cuidado! Si lo pruebas engancha, os lo aseguro.

 

Espero que os haya gustado, seguimos leyéndonos. Y recordad, que me encantan vuestros comentarios, me hacen muuuuucha ilusión.

Un besito, muuaaaks. Chao.
Carmelita.

viernes, 12 de septiembre de 2014

¿POR QUÉ AUXILIAR DE ENFERMERÍA?


¿POR QUÉ AUXILIAR DE ENFERMERÍA?
Seguramente, muchos de vosotros sabéis lo que se siente al amar lo que haces. Para los que no lo hayan sentido nunca, os deseo, de todo corazón que podáis experimentarlo en algún momento de vuestras vidas, es algo mágico que te llena por dentro, que te ensancha el corazón de alegría.
Yo siempre fui “la niña de las tiritas”, me encantaba curar y cuidar a las muñecas, a los animales que teníamos en casa, y a cualquiera que se hiciera daño o estuviera malito. Nunca me ha dado asco la sangre, ni me he mareado al verlo. Al contrario, me encanta ver chicha.
Cuando tenía 16 años, me ofrecieron hacer voluntariado una Semana Santa en una residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres. No era mi primer voluntariado, pues desde pequeña he hecho voluntariados varios con mi madre. Por supuesto, allí solo había mujeres, preferían al personal femenino. Sólo permitían hombres como voluntarios y como residentes, y el sacerdote claro. Las monjas, intentaban llevarnos un poco a su terreno, nos hablaban de la vocación cristiana, de lo que se siente con la llamada de Dios… No era mi caso, no había sentido esa llamada. Pero si empecé a sentir curiosidad por el trabajo de las auxiliares tanto las que eran monjas como las que no. Me fascinaba el amor y la dedicación que tenían con los ancianos, la paciencia de escucharles, el cariño y la familiaridad para los que son su única familia… Así un día mientras la hermana superiora nos hablaba de la vocación se me ocurrió preguntar “¿la vocación sólo existe para vosotros?” Y entonces la monja muy amablemente me contestó que la vocación es ese sentimiento de amar lo que haces por muy sacrificado que sea. El profesor que se disfruta teniendo 30 niños a su alrededor porque les está enseñando a labrarse un futuro, el bombero que se juega la vida cada día al salir a un aviso, la vocación de ser madre o padre, por supuesto, todo el personal sanitario que no entiende de días ni de horas, que trabaja sin descanso para darle a sus pacientes la calidad asistencial que merecen, y más aun los que lo hacen de forma altruista, los voluntarios (de los que hablaremos en otra entrada, porque se lo merecen).
Así pues tomé la decisión de ser Auxiliar de Enfermería. Sentía esa llamada de la que tanto hablaban las monjas. Dejé a medias 1º de bachillerato a pesar de tener unas notas bastante buenas y de que mi madre quería arrancarme la cabeza por dejarlo. Pero era mi vida, mi llamada, y tenía que acudir.
Durante el curso, disfruté con cada cosa que nos enseñaban. Conocer gente que también tiene esa vocación te hace sentirte menos extraña, y tener muchas ganas de entrar en ese mundo. A mi profe de Higiene en el Mundo Hospitalario, Ana, si me lees, gracias por todo. Aprendí mucho más de lo que puedes llegar a pensar de ti. También tuve malos momentos, pensé que era más fuerte y me derrumbé cuando menos lo esperaba, de la teoría a la práctica hay un abismo. Supongo que era una prueba que tenía que pasar, y que seguramente me hizo más fuerte.
En las prácticas, y después en el mundo laboral, he conocido compañeros que no aman lo que hacen. Van cada día a trabajar pesarosos de tener que estar allí. Es cierto que trabajamos en un hospital, y que nadie disfruta con la enfermedad del otro pero, ya que no existe un mundo sin enfermedades creo, que debemos disfrutar dando asistencia a todo el que lo necesite y amar todo lo que hacemos. No solo les haremos la vida más fácil a nuestros pacientes y sus familiares, sino que nosotros, el personal sanitario, seremos más felices. Sí, me hace feliz saber que los cuidados que les doy a mis pacientes les reconfortan, les ayudan a curarse, o simplemente, cuando nada se puede hacer, les haces sonreír.
Os dejo un vídeo, para todos aquellos que no sois sanitarios, os hará entender un poquito mejor por qué decidimos meternos en este mundo de guardias interminables, noches sin dormir, madrugones de ojeras, y de felicidad para quien lo disfruta. Y para los sanitarios, un homenaje.
“Si puedes curar, cura;
Si no puedes curar, alivia;
Y si no puedes aliviar, consuela”.
Espero que os haya gustado, ya sabéis que me encanta que me escribáis.
Nos leemos.
Chao!
 

jueves, 4 de septiembre de 2014

¿QUIÉN SOY?


¿QUIÉN SOY?

 

Para los que no me conozcan, me llamo Ángela y tengo 23 años. Vine al mundo un 24 de diciembre, para alegrarle la Navidad a la familia, y sobre todo a la madre que me parió, que siempre me dice que fui muy oportuna, y a mi abuela, que se quedó con la mesa puesta y sin cena de Nochebuena.

Soy auxiliar de enfermería y por ahora me dedico a esperar la llamada de la supervisora, a cualquier hora y cualquier día del año preguntándome si me gustaría trabajar en el hospital, cuatro o diez días, o cuando la suerte me acompaña, los tres meses de verano. A lo que yo contesto dando saltos y grititos de alegría. A la vez, tengo un mini job en la sanidad privada. Sí, me pasé al lado oscuro cuando me di cuenta de que como dice mi abuelo: “en esta vida tan cuca, el que no trabaja no manduca”. Además, soy técnico superior en audiología protésica y, mientras hacía esta última fp, por si era poco madrugar de lunes a viernes y estrujarme el cerebro con la dichosa acústica, pues me apunté para sacarme el título de técnico en emergencias, aunque ahora ya no sirve pero los conocimientos no nos los quita nadie. Mientras tanto, desde que cumplí los 19 añitos, y siguiendo el ejemplo de mi madre, soy voluntaria en protección civil. Y en estos momentos, y a falta de solamente 23 días me presento a la Ope de Madrid, deseadme suerte y que la fuerza me acompañe porque falta me hace.

Ya os hablaré de mi profesión, de mi trabajo, del voluntariado, de por qué elegí tener todo esto en mi vida y por supuesto, os hablaré de mi madre.

Si mamá, sé que estás leyendo esto, y estás pensando “¿Qué contará esta niña sobre mí?”, pues en vez de convertirte en Pepito Grillo todo el día intentando sonsacarme, y haciéndome chantajes (que ya nos conocemos, acuérdate del regalo para el día de la madre), pues dedícate a estar atenta al blog y así descubrirás lo que cuento sobre ti.

Y para ti, el lector desconocido, aquel que llega aquí por casualidad, espero tus presentaciones, pues me encantaría saber quién me lee. Y para aquellos conocidos que me leen, espero también vuestros comentarios, pero sobre todo que sigáis leyéndome.

Muak! Chao!

miércoles, 3 de septiembre de 2014

 
 
 

                  ¡¡¡BIENVENIDOS!!!

 
Hace mucho tiempo que quería escribir un blog. No seré la escritora perfecta, de eso estoy segura. Y seguro que estoy muy verde en esto de los blogs... Pero ahora que me he decidido no podía esperar a hacerlo. Me había puesto una fecha para comenzar, y casi un mes antes de lo previsto, aquí estoy, escribiendo...
 
Espero poder contaros todo lo que tengo dentro de mí que me gustaría expresar, espero servir al menos a una persona como consejo, hecho de vida, o como lo queráis llamar (con eso me conformaría). Pero estoy segura de que aprenderé yo más de vosotros, mientras os escribo y mientras os leo, porque espero que todo el que pase por aquí me deje un comentario; y sobre todo, mientras que leo vuestros blogs. Me encantaría, que todo el que entre a leerme, y también sea bloguero me deje un comentario con la dirección de su blog. Prometo hacer lo mismo.
 
Tened paciencia, ya os he dicho que soy novata totalmente en esto. Pero tengo muchas ideas en la cabeza, ideas un poco confusas que tengo que organizar de alguna manera para poder plasmarlas aquí. Por ejemplo hablaré sobre sanidad, emergencias, animales, asuntos sociales, asuntos de interés público... y todo aquello que me llame la atención, aquí lo plasmaré.
 
Sin más entretenimiento, creo que para ser la primera entrada y la bienvenida al blog no está nada mal.
 
Prometo una entrada muy pronto haciendo las debidas presentaciones.
 
¡Recuerda dejar tu comentario antes de irte!