LA AMISTAD
“La
amistad. Bonita palabra y mejor sentimiento. Es ese lazo invisible que nos une
a otros. Un vínculo de afecto que nace con personas que se cruzan en nuestro
camino y, de manera casi mágica, se convierten en seres imprescindibles en
nuestra vida. Es una relación entre iguales, que nos otorga la satisfacción de
compartir experiencias, sentirnos seguros y confiar en alguien sin fisuras.”
Desde hace ya un tiempo miro a
mis amigos y me da vértigo ver cómo avanzamos. Es bonito, por supuesto, pero
ver que nos hemos hecho mayores en lo que me ha parecido un periodo cortísimo
de tiempo… me abruma. Hace no tanto que pedíamos permiso para salir los fines
de semana hasta tarde, que sufríamos por el instituto, las notas, por no saber
qué estudiar… y de repente, llegó el primer bebé, ahora la primera boda…
Siempre hemos estado ahí para
apoyarnos unos a otros, pero esto también cambia con el tiempo, quizá ya no
hablamos por Messenger a todas horas o pasen varios fines de semana y no nos
hayamos visto pero seguimos sintiendo que estamos ahí.
Los amigos son la familia que
se elige, hay que elegirlos muy bien y creo que yo lo hice de 10. Estuvieron
ahí al pie del cañón cuando más lo necesité, lloraron conmigo, me dieron
abrazos de esos que te dan vida, me cuidaron, fueron mi pilar en un momento en
el que no me sostenían ni mis propias piernas.
Algunos celebraron Noche Vieja
un 15 de enero por mí y eso se lo agradeceré toda la vida. Y entre esos amigos,
ahora hay dos que me necesitan y yo quiero estar ahí.
Desde aquí, mis locas, quiero
deciros que soy vuestra para lo que necesitéis, reír, llorar, estar en silencio,
respirar hondo, gritar… lo que sea. La vida nos pone a prueba muchas veces,
incluso para conseguir algo bueno primero hay que pasar un poco de ahogo. Todo
llega y todo pasa mis niñas. Estoy segura de que os espera algo maravilloso al
otro lado del momento que cada una estáis viviendo ahora mismo. El sábado me di
cuenta de que en media hora de “terapia” allí de pie, esperando a que nos
dieran mesa para cenar, arreglamos medio mundo, respirasteis tranquilas aunque
sólo fuera ese ratito y seguro que después visteis las cosas de otra manera. Haremos
“terapia” siempre que lo necesitéis.
Os quiero a todos como mi
familia que sois, ésa que yo elegí y que espero conservar siempre.
Con mucho cariño para todos,
Carmelita.
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