SU RISA
Nunca os he hablado de él y ha
llegado el momento. Es la persona con la que comparto mi vida desde hace dos
años y a quien le diré “sí, quiero” el año que viene. Llegó a mi vida como un
terremoto, poniéndolo todo patas arriba, como un tsunami en el mar en calma. Yo
era feliz con la vida que llevaba y aunque pensaba que sería bonito compartirlo
con alguien, no le daba mayor importancia. Él llego para darme otra visión de la
vida. Y qué más os voy a contar, en dos años de novios, hace ya un año que
vivimos juntos y nos vamos a casar.
¿La clave? Preguntarán algunos… Pues creo que
lo primero de todo es que cada uno fuera feliz por su lado antes de conocerse,
y ahora compartir esa felicidad. Porque así, tu felicidad no dependerá única y
absolutamente de la otra persona, recuerda que ya eras feliz antes de
conocerle. Ser un equipo. Contarnos los problemas. Decirnos “te quiero” cada
día, porque nunca se gasta. Hacernos reír mutuamente. Tener complicidad. Y
estar siempre ahí para el otro en los momentos malos, saltar juntos los baches
que nos ponga la vida. Y compartir siempre esa felicidad, que está en las cosas
más pequeñas.
A ti, mi amor te diré que me
volví loca de felicidad la primera vez que te vi reír. Pero no sonreír como
haces a menudo, no, reír a carcajadas.
Ahí descubrí de verdad a la persona de la que realmente me había enamorado. Estábamos
en la cama, intentabas hacerme cosquillas y yo también te pillé a ti, descubrí
que tú también tenías y entonces, reíste. Y yo supe que eso era lo que quería
para el resto de mi vida. Tu risa.
Quien bien te quiere, te hará
reír. No lo olvidéis.
Con mucho amor,
Carmelita.